Luis Aguilar,
Travestiario
miCielo Ediciones,
2015
Colección: Voces de la poesía actual
“Hay impaciencias que parecen dagas”,
dice Luis Aguilar en uno de los poemas de este Travestiario publicado por miCielo Ediciones que tengo hoy el
placer de recomendarles. “Hay impaciencias que parecen dagas”, dice Luis, y
agrega: “Del deseo a la cama hay unos pasos/ y dos buscaban certeza/ en los
vaivenes”. Confieso —para nadie será sorpresa— que conozco esa impaciencia y
esos vaivenes. Los conozco bajo cualquier pedazo de cielo, sobre cualquier
calle de este mundo.
Y a la calle, dice Luis en su Travestiario, se sale con las perlas en
los ojos y adoptando la “bravura del arrojo”; las perlas del hambre —todas las
hambres— que no son captadas por las instantáneas fotográficas,perlas que
llevan en sí “la condición de las tormentas”. Tormentas y pasiones, pasiones
tormentosas, bordan las camas y las noches de las que habla este libro. Un
gozoso martirologio que sabe a expiación: la expiación a través del placer y la
lujuria, “el rostro de otra fe” donde Dios se rememora y se extasía.
Odette Alonso, Luis Aguilar, Mónica González Velázquez XV FILZ 10/10/2015 |
El disfraz y la máscara son las pautas de
este Travestiario donde, como en la
vida, el cazador y la presa confunden sus nociones, intercambian papeles: no se
sabe cuál es cuál en esa impermanencia de los cuerpos, ese tomar y siempre irse
que es costumbre irreparable del comercio carnal: el que estuvo no volverá
mañana, el que se fue no regresa.
Llevar ese mundo a la poesía es uno de
los logros indiscutibles del Travestiario
de Luis Aguilar. “Ni sombra bajo el maquillaje/ ni cicatriz de sal entre mis
piernas”, es su grito de guerra. O aquel que afirma con deleite: “Muerdo una
carne que no es mía […] y es deliciosa”.
Si bien Muchachos que no besan en la boca, libro complementario de algún
modo de este Travestiario —éstos son
secretos que sabemos (y revelamos) los amigos que tenemos la suerte de conocer
los procesos creativos de Luis—, era una especie de bitácora de viajes con un
lenguaje más directo, abiertamente testimonial, al que Alicia Gutiérrez Romo
llamó periodismo poético, en Travestiario hay que sumergirse en un
tropo que es como la nocturnidad que describe: clandestino, paralelo, ilegal.
Ése es otro de los logros de este libro.
Hay que destacar la hermosa realización
de Mónica González Velázquez y miCielo Ediciones en el diseño del cuaderno, que
es, como todos los de esta editorial, una obra de arte, un libro objeto que
podrá usted acariciar con la misma lujuria con que lee sus poemas, buscando la
pasión en esos intersticios que unen los versos y las líneas del dibujo, los
trazos visibles y los ocultos, los imaginados.
“Hay mares que se parecen mucho al
extravío”, dice Luis, y ya sabemos que en los extravíos no hacemos más que
reencontrarnos. Los de Travestiario
son poemas de hallazgo y de supervivencia, de las batallas y del paisaje que
queda después de ellas, de lo que sobrevive a la “noche ciega de felinos”, de
lo que hallamos tras las máscaras y el maquillaje. Porque qué somos todos, en
definitiva, cubiertos por estos aparentemente apacibles y conocidos disfracesde
la cotidianidad sino eso, justo eso: travestidos.
Odette Alonso
XV Feria del Libro del Zócalo
10 Octubre de 2015
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