Llegada
del cisne a Nueva York
a
Lorca y su ciudad sin sueño
Resulta que en este punto de la
metrópoli a una cuadra del tren
hay un nocturno de Lorca donde
las iguanas y el muerto y los
que no sueñan y que no duerme
nadie, nadie, no duerme
nadie, y lo veo todos los días
cuando voy al trabajo y cuando
sin cigarros y sin llaves regreso
a la caja de zapatos por la que
pagamos demasiado para guardar
nuestra fe.
nadie, en letra cursiva, no
duerme nadie,
grafiti con mala ortografía, el
cocodrilo
quieto, me muero de pena, nadie,
nadie.
¡Alerta! ¡Alerta!
Ciudad en estado de emergencia
todos en sus huecos, todos
vestidos de pánico todos con sus
mediocridades y sus
ruegos y sus fantasmas guardados
en alacenas repletas de
culpas enlatadas todos en el
mismo canal sincronizando
respiraciones y comerciales todos
con los ojos bien abiertos
como muertos colgando de los
puentes
Llega el cisne a nueva york.
¡Alerta! ¡Alerta!
Desde la ventana de mi cárcel en
un cuarto piso y con la
carta de evicción en tres semanas
mientras el café se
derrama en la cocina y mi amante
se derrama entre mis
piernas no alcanzo a ver
estrellas, ni lagartijas ni fieras
divinas solo los techos de Brooklyn cubiertos de nieve
algunos con antenas parabólicas
otros con sus respectivas
ratas más allá el del buen
salario, con un jardín de 6
centímetros de pronto un ciervo
de agua desdibujándose o
un soplo de luna husmeando los
senos sudados de la mujer
en el bar lleno de hipsters, o el pavor de los pobres pero
no
amor y no dios y mucho menos iguanas aunque sería
apropiado que mordieran.
Porque no sueña nadie no duerme
nadie no
se ahoga nadie nobody, nobody, su versión
en inglés en la pared de al lado,
nobody
sleeps, pobrecito
Lorca y algo sobre
alligators bajo la
tierna protesta de los
astros, pero cariño, ¿cuáles
astros? tus
versos aguantando frío nobody sees you
Lorca, nadie te mira. ¡Alerta!
¡Alerta!
Ciudad en estado de emergencia
todos en sus
agujeros, todos vestidos de
muerte, todos con sus
vanidades y sus juegos y sus
llagas arriba el cisne a la
fosa común.
¡Alerta! ¡Alerta!
el que huye con el corazón roto es
devorado por un cocodrilo blanco
condenado a llorar poemas
bilingües
en cementerios de tercera clase
cada
febrero y para siempre y si
cierra los
ojos es azotado una y otra vez
por
esta intensa monotonía que no
inspira versos sino cartas
suicidas.
Nocturno del Brooklyn bridge
según Lorca:
y
al que le duele su dolor le
dolerá
sin descanso y el que
teme
a la muerte la llevará sobre
sus
hombros y así sea, poeta, un
disparos de invierno entre los
párpados un morirse constante,
ya sin sueños ni llanto, sin tren
y
sin espantos, así sea.
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