Inauguramos el ciclo de éste mes con la presentación de "Poemas apocalípticos" de Héctor M. Rojas, Él Ék.
Imagen de fondo: "Jesucristo con bolsas de compras" Por Banksy |
Dios no estaba cerca, sino en nosotros mismos.
La aproximación a los medios tecnológicos, como lo son el vídeo y la música secuenciada, han sido parte elemental de éste ciclo que busca complementar al ejercicio escritural, sin que esto signifique que el poema no se sostenga por sí sólo.
La pieza que nos tocó presenciar en la sesión de anoche, fue un representamen de nuestra búsqueda de equilibrio y sana interrelación entre los medios de expresión artística; per
se la poesía de Héctor M. Rojas sumerge al lector en un estado de conciencia que cuestiona la fragilidad de la existencia espiritual y carnal. Cito:
Hoy interrumpimos el silencio
A galope trepidante
a catástrofe erguida
a explosión rotunda
Con el júbilo pleno
con la certidumbre entera
con la convicción precisa
¡Que estalle!
Que lo escuche
el noema más recóndito
el ánimo más agnóstico
Que penetre
que se hunda
en esta tierra
Que se entere
desde el múrice más deprimido
hasta el mandatario más inepto
Que se atisben
los sórdidos augurios
Que lo oigan
sí, ustedes
que lo canten
que lo sepan
¿es que nunca
lo han sentido?
Esta minúscula partícula
perdida en el universo
el planeta
luz que tiembla
junto a los astros
La tierra
toda ella
en su oblicuidad más plena
como en sus ocasos más ateos
está enferma
está herida
Y mientras
rebanamos
los redomas
en medias lunas
o estiramos la mano
para abordar el pesero
que transporta el azar
baldío del periplo rutinario
de nuestros días
una mácula engreída
un oprobio pletórico
embebe a diario la vida
(Fragmento)
Héctor M. Rojas Él Ek |
Mínimo infinito
No hay tristeza,
no hay soledad,
no hay amor
que este fuera de ti.
Todo lo creas tú,
todo lo creas.
¡Oh inconmensurable
inmensidad
de tu dimensión más
breve, más profunda!
Todo cabe en tu mano
extendida como plaza
en una tarde de domingo,
todo cabe en el infinito espacio
de la negra estela negra
de tus ojos que miran y dan.
Dios es un espacio efímero,
reminiscencia resurrecta,
tiempo voraz.
Nimia eternidad
que se disuelve y nace
en el espacio íntimo
de un mínimo infinito.
Del libro: Piroglosas (Generación espontánea)
Con la curadora del ciclo: Mónica González Velázquez |
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